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miércoles, 24 de octubre de 2018

LA HISTORIA DE LOS COMITES DE EMPRESAS


LA HISTORIA DE LOS COMITES DE EMPRESA
Fran
Últimamente he notado cómo los defensores de la participación del anarcosindicalismo en Comités jerárquicos y modelos sindicales elitistas y profesionales están describiendo una falsa historia de la CNT sobre supuestos Comités equivalentes a los actuales Comités de Empresa. Se están haciendo frecuentes sus argumentos históricos, pero, con ello, una y otra vez demuestran que ni son de CNT ni mucho menos conocen su historia. Y lo peor es que, al no co nocerla, se la inventan.
Así, he podido notar que un personaje de Madrid que insiste una y otra vez en la participación de CNT en Comités, como si estos Comités tuviesen algo que ver con los Comités de Empresa. Estos "Comités" en realidad ni siquiera se llamaban así en la mayoría de los casos: nuestro madrileño alude a hechos que a menudo se refieren a de- legaciones puntuales, comisiones, Juntas y en algún caso a los Comités de Industria o de Taller. Sin embargo, estos tenían una importantísima diferencia hacia los Comités de Empresa actuales: el Comité de Empresa existe legalmente y es una creación del Estado, mientras que los Comités de la CNT a los que se refiere nuestro "amigo" eran creaciones de la CNT, sin autoridad alguna, temporales, puntuales, rotativos (si tenían una duración mínima) y sobre todo sin vinculaciones legales y menos aún autoridad decisoria reconocida por el Estado. Eran aparatos de la CNT y no del Estado, y se regían bajo sus principios antiautoritarios y obreros.
También pregunta en qué parte de los acuerdos de la CNT de los años anteriores a la Guerra Civil se niega la participación en los Comités de Empresa, en un estúpido intento de pregunta retórica y tramposa, al presuponer (equivocadamente, como veremos) que no existían Comités de Empresa en esa época (II República) y por tanto la oposición de la actual de CNT a los jerárquicos y antiobreros Comités de Empresa es un fenómeno de los años actuales. Quienes así piensan no tienen ni idea de lo sumamente equivocado que están, pues los Comités de Empresa no sólo existieron en los años de la II República, sino también en la Dictadura de Primo de Rivera, bajo unas mínimas diferencias pero con el mismo rechazo de la CNT, que respectivamente tuvieron los nombres de Jurados Mixtos en la República y Comités Paritarios en la Dictadura.
Que sirva este artículo para desmontar tales versiones interesadas de la historia de la CNT, pues aquí vamos a hablar de los Comités Paritarios y de los Jurados Mixtos así como del rechazo de la CNT a estos organismos. Del sistema sindical franquista no hablaremos porque parece mucho más claro, aunque quizás sí merezca la pena decir que la única diferencia que tiene con el actual sistema sindical es que el de ahora funciona mediante organizaciones y sindicatos que se presentan en elecciones mientras que en el franquismo son los individuos los que se presentan a tales elecciones sindicales.
Los Comités Paritarios de la Dictadura de Primero de Rivera fueron creados por Real Decreto el 26 de Noviembre de 1926. Su origen está en el sistema corporativista ideado por Mussolini y sus secuaces en Italia, que encantó al Dictador de casa que se decidió a seguir su modelo.
El sistema sindical corporativista de Primo de Rivera exigía muchos datos que la CNT se resistía a entregar porque dar todos los datos de la CNT, de sus socios y de su tesorería era servir en bandeja a la Dictadura para perseguirlos. Sin embargo era un requisito indispensable para formar los Comités Paritarios, que, según la afiliación de un sindicato en la empresa, se nombraban entre los miembros del mismo sindicato en tal empresa, junto a unos representantes del Gobierno, y de la empresa. Este era uno de los motivos del rechazo, el otro, y fundamental, era que el objetivo de tal Comité era que los conflictos laborales fuesen mediados por "representantes" de todas las partes. Esto negaba el principio de Acción Directa de la CNT que comporta la participación y re- solución de todos los trabajadores en sus propios conflictos, sin necesidad de mediación alguna. Aunque la mayor parte de la CNT se negó a participar en tal sistema sindical, sobre todo la parte más perseguida de la Confederación (no olvidemos que sólo unos años antes la patronal había comenzado una campaña de asesinatos de militantes de la CNT, que fue respondida por esta con energía), hubo un sector que, cambiando de nombre, intentó ensayar este método sindical, sobre todo bajo la idea ingenua de evitar la marginación de la CNT que había sido declarada proscrita por la Dictadura y perseguida, llegándose incluso a prohibir las organizaciones llamadas "Sindicato Único" por tratarse de una denominación típica de los sindicatos de Oficios Varios. Sin embargo, las experiencias de estas intentonas fueron tan desalentadoras para las masas de los obreros afiliados que vieron que no podían participar directamente en sus propios conflictos y que, además, no daban buenos resultados, lo que, sumado a la encarcelación de numerosos confederales y a varias ejecuciones de cenetistas en lucha contra la Dictadura (unos cuatro), empujó a este sector a no volver a participar y centrarse en la reorganización de la CNT y a la actividad por la caída de Primo de Rivera.
Los Jurados Mixtos son propios de la II República y fueron promulgadas por Decreto por la II República muy pronto, el 7 de Mayo. Afectaban sobre todo al sector agrícola pero se extenderán a otros sectores posteriormente. Los Jurados Mixtos compartían unas estructuras semejantes a los Comités Paritarios pero no exigían tanta cantidad de datos internos de los sindicatos. Se parecían mucho a los actuales Comités de Empresa salvo en que no existen elecciones sindicales; los representantes sindicales son elegidos según la afiliación de los sindicatos, lo cual implicaba algo de información interna. Sin embargo, lo que promovió un fundamental rechazo de la CNT a estos Jurados Mixtos es que nuevamente atacaban los principios de la Acción Directa y la posibilidad de participación obrera directa en los conflictos laborales, los cuales nuevamente, eran resueltos por unos delegados con poder decisorio reconocido y legitimado por el Estado, como los actuales Comités de Empresa. La oposición de la CNT a estos Jurados le costó una parte de su afiliación agrícola, entre los permanentes, pero no entre los jornaleros, y su rechazo no cesó ante esa imposición. El gobierno republicano comenzó una -esperada- política de favorecimiento de la UGT como sindicato dócil que le ayudó a ampliar afiliación, pero, a la larga, les resultará inconveniente por la incapacidad de la República en solucionar los problemas de los trabajadores. El sindicalismo burocrático de estos Jurados han dado pie para que los actuales historiadores del sindicalismo utilicen sus amadas estadísticas que siempre fallan y sólo sirven para fingir que han investigado algo, pero presuponer que todo el sindicalismo de esta época se basaba en los Jurados Mixtos no sólo es ignorar la actividad de la CNT, la organización más importante de la época, sino también ignorar el movimiento obrero como tal, y hacer una vez más una historia positivista falsa más propia del siglo XIX.
La CNT nunca actuó en tales Jurados y, desde sus primeras reuniones, en la II República los boicoteó enérgicamente, centrándose en un sindicalismo real, horizontal, asambleario y muy activo, con ocupaciones de tierras, resoluciones de conflictos sin intermediarios incluso en el campo, y promoviendo una concienciación que fomentó un movimiento obrero y social que transformó la vida de miles y miles de personas.
 Fuente: Revista la Protesta
 
 

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