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domingo, 24 de junio de 2012

LA METAMORFOSIS DEL PODER


La metamorfosis del poder: Diego Valderas, de la barricada a la boutique

Si hubiera que elegir una transformación estética en la política española, ésa sería la que se produjo entre el Alfonso Guerra del traje de pana, aquel humilde atuendo de Antonio Machado, y su posterior imagen de hombre exquisito que presumía de tener siete pares de gafas. Pues bien, ese cambio ha quedado superado por el representante de IU que cogobierna en la Junta de Andalucía. En menos de cien días, el mayor exponente de la izquierda autonómica, el vicepresidente Diego Valderas, ha conseguido dar un salto desde la estética radical y alternativa con la que pretendía identificarse incluso con el 15M a convertirse, vía traje, en un referente del establishment.

La izquierda de Valderas ha pasado de decir que el poder es un escenario burgués a convencerse de que ese poder hay que vestirlo. Y así, el vicepresidente ha saltado del desenfado en el atuendo a apostar por el azul corporativo y el gris oscuro institucional; de la corbata de mercadillo a la seda; de las gafas impersonales a las de diseño con montura dorada… Se trata de hacer juego con el Audi oficial, el decorado del despacho de vicepresidente-consejero en pleno centro de la capital política de Andalucía, y con el aparato que le acompaña como autoridad competente. A estas alturas, comparado con Valderas, Cayo Lara, con su camisa, parece alternativo.


La realidad no es una foto fija

La realidad no se puede ver como una foto fija, suelen decir los políticos. Y es cierto. Mientras la izquierda andaluza que pisa moqueta ha cambiado en menos de cien días, la que sigue a pie de tajo mantiene el look fijo. La orilla radical de Sánchez Gordillo, diputado de Valderas, sigue con el pañuelo palestino al cuello, la camisa abierta hasta cinco centímetros por encima del ombligo y las muñecas pobladas de pulseras testimoniales El bloque de diputados de IU que habita entre Gordillo y Valderas no ha cambiado, conserva el mismo atuendo, es decir, el de quienes quieren mantener el fondo sobre las formas. Y el proletariado que los votó permanece hundido por la crisis gritando incluso en algunos casos “Griñán, Valderas nos roban la cartera”. Es la prueba palpable de que la izquierda de Valderas ya es poder, establishment, sistema.

Cuando se cerró el pacto del PSOE con IU para gobernar Andalucía, Javier Arenas le recriminó a Griñán que se hubiera dejado arrastrar por la izquierda, alejándose del centro. En menos de tres meses, se ha demostrado que el camino ha sido el inverso. Griñán ha conseguido arrastrar a IU hacia el poder y no sólo en el plano estético sino también en el de las convicciones.

Para seguir en el poder hay que asumir lo “injusto”

Para ello, el comunismo coaligado en la Junta ha llegado a aprobar un duro plan de ajustes que afecta de forma directa a los trabajadores públicos. Tanto es así que Valderas ha reconocido que había aprobado un “plan injusto” como socio de gobierno. ¿Se podría pensar hace sólo tres meses que IU asumiera algo que reconoce es injusto?

En menos de cien días, IU ha demostrado que es capaz de superar al PSOE en porcentaje de familiares colocados en la Junta. En los primeros nombramientos de altos cargos, la hija del eurodiputado Willy Meyer y el hermano del secretario general del PCE, José Luis Centella, se han convertido en directores generales. Mientras tanto, el proletariado sigue con las pancartas, día a día, frente al Palacio de San Telmo, asfixiado por las consecuencias de la crisis.

Caiga quien caiga, pero con cuidado

Sin embargo, la mayor transformación de IU se ha producido en el caso de los ERE. Ya desde el momento del pacto con el PSOE, la izquierda de Valderas sabía que exoneraba a Griñán y sus consejeros de cualquier sospecha, a pesar de los autos de la juez Alaya y los informes de la Guardia Civil, que apuntaban en sentido contrario. A partir del cogobierno, IU pasó del “caiga quien caiga” a confiar en que “esto sea cosa de segundos niveles” de la Administración. Así, en la constitución de la comisión de investigación, IU ya ha dicho que no apoyará “cacerías”, aludiendo a la petición del PP de que declaren Griñán y Chaves, a pesar de que ambos se han mostrado dispuestos a hacerlo empujados por la presión ambiental.

Hasta ahora, la metamorfosis de la izquierda de Valderas se ha salvado por la habilidad del portavoz del Grupo Parlamentario, José Antonio Castro. Cada vez que Valderas les ha hecho comulgar con una rueda de molino, Castro ha amenazado con romper la baraja para calmar sobre todo a las bases del Partido Comunista. De momento, el proletariado va tragando… Pero es difícil seguir amarrado a la pancarta ante el Palacio de San Telmo mientras tu líder pasa en coche oficial, con ese look corporativo, para aprobar cosas que reconoce “injustas” en el Consejo de Gobierno.

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