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lunes, 16 de enero de 2012

Los anarquistas tienen un arma: Las bibliotecas

Cualquiera que haya estado comprometido con una lucha que implique un cambio en la sociedad o en las mentalidades, es consciente de la importancia que la información tiene para las personas, lo vital que resulta acceder a distintos puntos de vista y lo valioso que los suministradores de información no estén mediatizados por obligaciones o lealtades ajenas a sus usuarios.


Los centros de información de tinte libertario, cuya apertura y mantenimiento es una constante del movimiento anarquista durante toda su historia, tienen un compromiso claro con la recuperación del pasado, pero también han sido -y son- centros vivos, que editan obras y recogen literatura actual que sólo circula por canales alternativos, además de poner a disposición de quien lo necesite acceso a la información electrónica. Asimismo, son espacios de encuentro y socialización, que se gestionan y mantienen con trabajo y aportaciones voluntarias.

A finales del siglo XIX, en plena expansión del pensamiento libertario, los sindicatos y federaciones anarquistas ponían su empeño en la creación de ateneos y bibliotecas. A pesar de la precariedad de los recursos y las altas tasas de analfabetismo, consiguen agrupar a decenas de miles de obreros alrededor de estas casas del conocimiento libre. Para ello fue fundamental, entre otros, la edición y difusión de materiales, algo que hasta el momento distingue a los grupos anarquistas. Con frecuencia, la lectura colectiva o pública era el medio más adecuado para difundir la Idea. Hoy, adaptándose a los tiempos, el movimiento ácrata ha ido extendiendo unas salas alternativas de lectura llamadas infoshop, siguiendo la tradición del trabajo voluntario y la autofinanciación, ponen a disposición de los interesados literatura radical, revistas o fanzines editados por grupos de diversas ciudades y países utilizando como herramienta el acceso a Internet. A su vez, tejen redes de apoyo y trabajo común entre diversos centros.

Esa vocación formadora y autodidacta, la cual forzosamente pasaba por la puesta en práctica de una nueva pedagogía, logró hace cien años que los grupos libertarios se adelantaran en temas que son centrales para el conocimiento transformador de hoy (ecología, sexualidad, medicina alternativa...). A comienzos del siglo pasado los anarquistas se distinguían por su alta capacidad de discernimiento, lo cual merecía el respeto y admiración de sus adversarios. Su teorización encontraba eco en los ateneos obreros y sus bibliotecas, donde no solamente era posible encontrar textos de cultura libertaria, sino también del conocimiento en general. La diversidad y su contraste, era la apuesta para que cada quien en su viaje personal al saber, tomara concientemente sus propias decisiones.

El movimiento anarquista de siempre ha tenido en las bibliotecas una herramienta para la formación y la difusión de las ideas. La enseñanza continua y el autodidactismo son ámbitos donde los libertarios han demostrado que la creación de bibliotecas es un elemento imprescindible para cualquier transformación evolutiva de la sociedad. Sin subsidios, con trabajo voluntario y común, la imprenta y la estantería de libros ha sido y es un ejemplo real de lo que la sociedad ha querido inutilizar con la etiqueta de "utópico". Bibliotecas representativas del movimiento libertario en Iberoamérica:

Biblioteca Social Reconstruir (México)

A comienzos de la década de los 80, el español Ricardo Mestre edita libros y revistas de corte libertario. En su despacho agrupa colecciones de otras publicaciones, lo cual diez años después se transforma en una biblioteca abierta al público dos días a la semana. La Biblioteca Social Reconstruir cuenta con dos secciones: la anarquista y la general. La colección libertaria es muy valiosa; ahí se encuentran libros hoy difícilmente conseguibles, por ejemplo las primeras ediciones de Ricardo Flores Magón, o ediciones del siglo pasado de Proudhon o Eliseo Reclus. Cuenta con unas 530 publicaciones periódicas y 600 volúmenes de textos anarquistas. Tras la muerte de Ricardo Mestre, la BSR es mantenida por el movimiento anarcopunk de la capital, especialmente por el colectivo al que pertenecen Héctor Hernández y Marta García, los cuales organizan conciertos y venden fanzines para poder correr con los gastos de su mantenimiento (Dirección: Morelos, 45, despacho 206, Ciudad de México).

Biblioteca Popular José Ingenieros (Argentina)

Tras la dictadura de Uriburu, en Argentina se encontraba en el poder Agustín Justo, quien continúa la represión contra el movimiento obrero en general, y decididamente contra el de signo anarquista. El primero de julio de 1935, militantes anarquistas y socialistas deciden fundar una biblioteca, cuyo primer local fue un pequeño garaje ubicado en la avenida Juan de Garay, entre el pasaje Pereyra y Castro de Buenos Aires. Con los años se mudan a su local definitivo en Juan Ramírez de Velasco, al cual los socialistas dejan de asistir. Sus primeros promotores se contaban en la Federación Obrera del calzado, adherida a la FORA, el sindicato anarquista argentino, así como los editores del periódico La Protesta. La biblioteca sufrió durante los años de las sucesivas dictaduras militares innumerables allanamientos y cierres, pero la militancia privilegiaba el esfuerzo por mantener sus puertas abiertas (Dirección: Juan Ramírez de Velasco, 958, 1414 Buenos Aires).

Biblioteca-Archivo de Estudios Libertarios (Argentina)

La Biblioteca-Archivo de Estudios Libertarios (BAEL) es mantenida por la Federación Libertaria Argentina (FLA) cuyos orígenes se remontan a la década de los 50 cuando la Federación Anarco-Comunista Argentina cambia su denominación. En la sede de la FLA se han acumulado durante décadas una gran cantidad de publicaciones y libros relacionados con el movimiento anarquista, tanto de Argentina como de otros países. Entre sus colecciones sobresalen la de revistas y publicaciones periódicas, algunas históricas como La Revista Blanca, Tiempos Nuevos, La Protesta y el órgano de la FLA El Libertario de Buenos Aires (Dirección: Brasil 1551, 1159 Buenos Aires).

Centro Cultural Biblioteca y Archivo Luce Fabri (Uruguay)

Compañeros uruguayos han denominado recientemente el extenso archivo del Grupo de Estudios y Acción Libertaria (GEAL) y de la revista Opción libertaria con el nombre de la compañera Luce Fabri, fallecida hace dos años y gran activista de la difusión del anarquismo en el país austral. Esta biblioteca cuenta con un importante volumen de libros, diarios, semanarios, revistas y correspondencia recolectado durante años (Dirección postal: Casilla de Correos 141, Montevideo).

Fundación Anselmo Lorenzo (España)

Anselmo Lorenzo fue el autor del texto "El proletariado militante", libro de cabecera del anarcosindicalismo español. El fondo bibliográfico del centro de documentación que lleva su nombre supera los 10.000 títulos y 2.500 las publicaciones libertarias, cuyo amplio número data de antes de 1940. La Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo (FAL) cuenta con una interesante filmoteca, formada de diversas fuentes, entre ellas el material depositado por el Sindicato de Espectáculos Públicos de la CNT. Destaca la publicación de diversos libros, cuyas ediciones superan la cincuentena agrupados en varias colecciones, así como la distribución de numerosos libros de temática anarquista publicados por otras editoriales (Dirección: Paseo Alberto Palacios 2, 28021 Madrid).

Centro de Documentación Histórico-Social (España)

La fundación del Centro de Documentación Histórico-Social (CDH-S) data de 1977 por decisión de militantes libertarios que se reunían periódicamente en la pizzería "La Rivolta" de la calle Hospital de Barcelona. En 1989 deciden recuperar el Ateneo Enciclopédico Popular (idea original de 1902) con el afán de ayudar en la formación de las clases más desfavorecidas de la sociedad. Actualmente disponen de un acervo de 23.000 libros y 7.000 títulos de prensa. El Ateneo se dedica a la realización de actividades culturales y la organización de exposiciones temáticas, conferencias, debates, tertulias, excursiones y recitales de poesía (Dirección: Passeig de Sant Joan, 26 1º - 1ª, 08010 Barcelona).

Biblioteca Social de Venezuela

Compañeros venezolanos han constituido el Centro de Estudios Sociales Libertarios, cuyo primer objetivo -de tantos- es la apertura de un centro de documentación. Cuentan con un acervo de más de 1.000 libros y 2.500 publicaciones periódicas de diferentes países. Ahora realizan actividades para recaudar los fondos necesarios para el alquiler de un espacio y los contactos necesarios para aumentar su archivo documental. Cualquier aporte económico o donación de libros será de mucha ayuda (envios a nombre de Luis Silva, apartado postal 49110, Colinas de Bello Monte, Caracas).

Conocemos la existencia de otras bibliotecas libertarias en Chile, Perú, Bolivia y Brasil. Animamos a los compañeros y compañeras activistas, bandas musicales, estudiantes y obreros, a seguir con el empeño por fundar y mantener estos epicentros del conocimiento libre, esta lucha por elevar el nivel cultural y político de nosotros y de nuestros iguales. Todas se mantienen del aporte voluntario, sin ningún tipo de subsidio estatal o privado, por lo que cualquier aporte será infinitamente agradecido por sus promotores.

Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones: ese mundo está creciendo en este instante.

El Libertario

Periodico Tierra y Libertad

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