San Fernando - El pleno de las protestas

Hasta tres colectivos mostraron ayer su disconformidad con la gestión del equipo de Gobierno con acciones conjuntas o espontáneas
Día de quejas y recriminaciones en un salón plenario que se llenó de tensión
Hace tiempo que el pleno municipal parece una reposición continua de una serie televisiva, y es que, en los últimos meses, se ha repetido el mismo guión.

Andalucistas y populares sacan mociones para instar a actuar a administraciones superiores que son aprobadas por unanimidad, mientras que las socialistas -que requieren la acción del equipo de Gobierno local- son rechazadas automáticamente. El orden del día del Pleno de ayer preveía una nueva sesión monótona en la que ambos partidos se echan en cara lo que hacen o dejan de hacer sus mayores (los cargos que están por encima de ellos en cada partido). Pero, en esta ocasión, los ciudadanos quitaron el protagonismo a los concejales y se dejaron notar.
La plataforma ciudadana 'Responsabilidades Políticas Ya' volvió a salir a la calle con su pancarta y con unos guantes blancos. Prenda que le venía bien para refugiarse del frío aunque la intención era hacer una ironía con las manifestaciones del alcalde, Manuel María de Bernardo, tras la apertura del sumario y las «manos limpias» del Ayuntamiento en el caso.

Nuevamente, no dudaron en gritar exigiendo la dimisión del regidor así como la ruptura del pacto desde la calle, aunque obligando a los concejales a alzar la voz para ser escuchados.
Mientras, tanto un grupo numeroso de mujeres entraba por la puerta de la Casa de la Cultura, lugar en el que se celebran las sesiones desde el cierre de la Casa Consistorial, con las bocas tapadas por un esparadrapo.

Se trataba del colectivo de limpiadoras de colegios públicos que llevan varios meses intentando negociar mejoras laborales y sociales sin ni siquiera haber obtenido una cita con el Ayuntamiento. Por eso, se tapaban la boca, porque no les dejan hablar.
Y entonces, llegó el momento más tenso. La moción para evitar la expropiación en Fadricas era rechazada y uno de los propietarios, Manuel Lebrero, sacaba un papel en el que había escrito: «Huelga de hambre». A la salida, varios afectados se encararon con la delegada de Urbanismo, Carmen Pedemonte, que soportó la alteración en especial de Lebrero que no dudó en acudir a la puerta de Urbanismo y cumplir lo que había escrito hasta que le aseguren un hogar si le sacan de su casa.